El último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo evidencia el liderazgo de las universidades catalanas en el ranking español de producción científica. Excelente noticia si no fuera por los “detalles”. ¿Qué significa “liderazgo” en este caso? Serlo en el número de publicaciones científicas y su impacto normalizado en el periodo 2003-2012: la cuantificación habitual para evaluar la producción científica, vinculada directamente al fomento de la publicación por la vía de premiarla con “tramos” (complementos salariales) o puntos para promoción interna. Otra cosa sería el liderazgo cualitativo, que debería acreditarse en otros campos: disponer de más y mejor conocimiento aplicable, incrementar la competitividad empresarial, el número de patentes o el de empresas creadas en la universidad.
Así lo pone de relieve el mismo informe, que alerta de que el gasto interno en I+D desciende y se sitúa en cifras del 2008, y llama la atención sobre el incremento del número de publicaciones “sin que aparentemente les afecten los ajustes y a pesar de que, en cualquier caso, la pérdida de liderazgo y excelencia en las publicaciones científicas debería ser contemplada con atención”. Igualmente se confirma la tendencia decreciente de la financiación empresarial de la I+D (la cifra de 2012 fue un 14,8% inferior a la de 2011) y de la cooperación empresarial con las universidades (un 11% inferior respecto al periodo 2009-2011). Finalmente, la captación de recursos de empresas para I+D por parte de las universidades se situó en 2011 en cifras del 2005 y disminuye también el número de spin-off, si bien aumentan las solicitudes de patentes, aunque se atribuye a la inercia de los grupos investigadores. Si bien es cierto que la crisis es un factor clave en todo ello también lo es que, en caso de interesar la investigación universitaria a las empresas, este descenso no habría sido tan pronunciado.
Estamos, en resumen, ante la paradoja de haber incrementado la producción científica en un entorno de disminución de recursos y menor interés empresarial-social por ella. Siendo el cuantitativo un criterio necesario pero no suficiente, deberíamos acentuar la valoración cualitativa de la transferencia de la investigación a las empresas y a la sociedad si queremos realmente establecer un liderazgo, que por definición no podrá basarse en criterios burocráticos que priman lo más sobre lo mejor.
22 enero, 2015
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